27 de noviembre de 2017

Del tio Paco al black friday


Marketing y evolución
Como no sabíamos inglés, ni idiomas en general, estábamos a salvo de fenómenos como el black friday.
¿Qué cuando?. Antes, naturalmente.
Antes el que venía con las rebajas era el tio Paco, ahora es Amazon. Ahí es ná la diferencia.
Bueno, Amazon y todas las tiendas que para vender se apuntan a un bombardeo.  Black palm 1€ anunciaba una pastelería junto a las palmeras de chocolate, no te digo mas. Me pregunto qué rebajaba la de la farmacia ¿black suppository?
Menos mal que ya paso este viernes negro.

19 de noviembre de 2017

Procrastinación


Así como lo oyes.
Hemos pasado, que yo sepa, casi un siglo sin necesitar esta palabra para nada y ahora parece que no podemos vivir sin ella. Justo cuando iba yo a pedir a la RAE que por favor la retirasen del diccionario, la gente se ha puesto a procrastinar como loca y no oyes otra cosa.
Recuerdo aquellos tiempos en que de repente todo era obsoleto. Pasó con empoderamiento que irrumpió en el discurso de la nueva clase política y de ahí a todas las conversaciones.
Ahora toca procrastinar, que le vamos a hacer.  Si puedes meterlo hoy en tu conversación, no lo dejes para mañana.

15 de noviembre de 2017

¿Te acuerdas de cuando había público?


 
Ya solo hay followers.
Importa mas el número de seguidores de un artista en la red que sus éxitos profesionales. De hecho el número de followers es la auténtica medida del éxito.
Ha desaparecido el aplauso. Todo son likes. Un toma y daca interminable. Un derroche de amor, cuánta locura.


They love me. And I love them for loving me and they love me for loving them and we love each other (Roxie Hart)

13 de noviembre de 2017

A veces veo banderas

Por todas partes
Yo juré bandera. No se enteró nadie pero la juré. Aquel domingo, el campamento donde hice la mili estaba lleno de amigos y familiares de los reclutas, que venían a disfrutar del espectáculo. Yo en casa no dije nada porque les importaba incluso menos que a mi.
Me recuerdo horrorizado esperando mi turno para desfilar alrededor de la enorme esplanada hasta la bandera. Y es que, además del respetable público, había allí unos cuantos jefes militares con la potestad de encerrarme en el calabozo de por vida.
Estaba ridículo con aquel uniforme tres tallas mas grandes que la mía y que me había negado a arreglar como protesta. Ahora tenía que salir de esa guisa a la pasarela y nadie lo vería como un gesto de rebeldía. Aunque eso no era lo peor. Mi nulo espíritu militar y patriótico me impedían gestos marciales. ¿Cómo iba a llegar dignamente hasta la bandera?
Marujita Diaz vino a salvarme. Cuando salía yo a la palestra, la banda se arrancó con Banderita tu eres roja, banderita tu eres gualda que yo relacionaba con los shows de Maruja. Y ahí si, ahí me vi yo de boy de revista cruzando el escenario con singular donaire. Me llegan a tocar El novio de la muerte y no lo cuento.
Pero a lo que iba: ¿Hay muchas banderas por todas partes o soy yo?